Marruecos es un país que se caracteriza por su gran diversidad cultural y natural. Sus playas y montañas son algunos de los lugares más visitados por los turistas. Sin embargo, no todos conocen el maravilloso mundo del desierto que tiene Marruecos y que no puede ser descrito como un lugar lleno de soledad y calor, sino que es un paraíso en donde la naturaleza ha sabido combinar lo mejor de dos mundos: el desierto y el oasis.
El desierto
El desierto del Sáhara occidental está situado en el norte de Marruecos y es un lugar ideal para las personas que buscan la aventura, el silencio y la tranquilidad, ya que aquí no hay turismo organizado ni hoteles.
El Sahara es el mayor océano de dunas del mundo y está rodeado por el Atlántico, el golfo de Guinea y el mar Rojo. Se ha convertido en una atracción turística para aquellos que quieren experimentar la vida salvaje del desierto. El calor extremo y la inaccesibilidad son dos factores que hacen que los visitantes tengan que prepararse adecuadamente antes de viajar a este paraje tan fascinante.
Las ciudades imperiales
Marruecos es un país lleno de historia y cultura, y una de las mejores maneras de explorar su rica historia es hacer un tour por las ciudades imperiales. Las ciudades imperiales de Marruecos, como Marrakech, Fez, Rabat y Meknes, son famosas por su arquitectura impresionante, sus antiguas medinas y su patrimonio histórico.
Hay muchas cosas que ver durante su viaje por Marruecos:
Tours por el desierto.
Visitas a pueblos tradicionales del desierto como Imilchil o Ait Ben Haddou.
Tiempo libre para pasear por las diferentes ciudades y conocer mezquitas y palacios.